2) MEMBRANAS CELULARES
Una membrana celular consiste en una bicapa
lipídica con proteínas asociadas. La plasmática no es la única membrana que
poseen las células eucariotas, sino que
además encontramos membranas rodeando y limitando cada uno de sus orgánulos, lo
cual representa una de las principales diferencias respecto a las células
procariotas, que carecen de verdaderos orgánulos membranosos. La estructura de bicapa de la
membrana se pudo deducir gracias al estudio de la membrana de los eritrocitos,
los cuales al carecer de núcleo y orgánulos presentan más facilidad que otras
células para separar su membrana. Al hacerlo se calculó que la superficie de
monocapa extraída era suficiente para recubrir el doble del volumen de un
eritrocito, por lo que se dedujo que la membrana del eritrocito debía consistir
en una bicapa.
Además de limitar a la célula y separarla del
medio que la rodea, la membrana plasmática tiene otras funciones: Intervenir en
la señalización celular, la organización y localización de función (esto es,
organizar las estructuras y permitir que cumplan su función) permitir la
comunicación con otras células (pudiendo darse un intercambio de iones),
controlar el paso de moléculas con el exterior celular gracias a su
permeabilidad selectiva y llevar a cabo el transporte (para mantener la homeóstasis).
Para poder realizar con efectividad dichas funciones, los componentes de la
membrana, tanto lípidos como proteínas, se desplazan por la misma cuando es
necesario, según el modelo de mosaico fluido: La membrana no es una cubierta
rígida y estática, sino que es una bicapa fluida cuyos componentes presentan un
importante dinamismo.
Como ya hemos dicho, los componentes de
cualquier membrana son lípidos y proteínas. En cuanto a los primeros, se trata
principalmente de fosfolípidos, aunque también encontramos esfingolípidos,
además de colesterol y, en un porcentaje reducido, glicerolípidos,
encontrándose estos últimos exclusivamente en la monocapa externa. Los
fosfolípidos se nombran poniendo "fosfatidil" seguido del nombre del
alcohol esterificado, el cual puede ser etanolamina, colina, serina, glicerol o
inositol. Ej.: Fosfatidil-serina. Los tres últimos nombrados son grupos
alcoholes con carga negativa, de forma que su unión con el fosfatidil de carga
también negativa obtenemos un fosfolípido de carga negativa, mientras que la
etanolamina y la colina son fosfolípidos con carga positiva, y su unión con el
fosfatidil da como resultado un fosfolípido de carga neta neutra. Los
esfingolípidos son lípidos que tienen esfingosina, la cual se une a un ácido
graso, y a su vez se une al C1 un sustituyente, que bien puede tratarse de
glucosa y entonces tendríamos un cerebrósido, o , en cuyo caso tenemos y
gangliósido. Hay algunos lípidos que son exclusivos de ciertas membranas, como
es el caso de la cardionilina (que tiene 2 gliceroles, no 1) la cual sólo se
encuentra en la membrana mitocondrial.
Respecto a las proteínas de membrana
distinguimos tres tipos, diferenciados en base a su localización: Integrales,
periféricas y ancladas a lípidos. Los lípidos son moléculas anfipáticas; esto
es, con una cabeza polar, que es hidrofílica, seguida de una cadena apolar
hidrofóbica. Esta característica hace que dichas moléculas se asocien entre sí
de una forma particular, formando micelas, orientando sus cabezas polares hacia
el medio acuoso en el que estás inmersas, y situando sus regiones apolares
hacia el interior de la estructura, huyendo del agua. Así se forma una
monocapa. La bicapa consiste en dos monocapas enfrentadas, de forma que las
cadenas hidrofóbicas de una y otra monocapa quedan enfrentadas entre sí, y las
cabezas polares quedan hacia uno y otro lado.
De la
composición de las membranas no podemos saltarnos un punto muy importante: Su
asimetría. Las membranas no son homogéneas, sino que la proporción de los
distintos tipos de fosfolípidos varía en las distintas membranas, y también
varía en las distintas zonas de una misma membrana. Lo mismo ocurre con las
proteínas. La razón de esta asimetría es que las funciones que deben desempeñar
las distintas membranas varían en los distintos tipos celulares, en los
distintos orgánulos y en las distintas partes de un orgánulo. En cuanto a la
membrana plasmática, los lípidos más abundantes de la monocapa externa son la
fosfatidil- colina y la esfingomielina, mientras que el resto abundan más en la
monocapa interna. El fosfatidil-inositol, que se encuentra casi únicamente en
la monocapa interna, es un
componente minoritario pero que tiene un papel importante en los procesos de
endocitosis y de señalización celular. En cuanto al colesterol, su
proporción es la misma en ambas monocapas. La posición inicial de los
fosfolípidos en la membrana (refiriéndonos por posición a cuál de las 2 monocapas
son enviados tras ser sintetizados) depende de su síntesis en el REL, de forma
que si son sintetizados quedando en la cara citosólica del REL, cuando sean enviados a su membrana de destino
tendrán también esa localización, y quedarán en la monocapa citosólica, de la
misma forma que si en su síntesis quedaron en la monocapa interna y no en la
citosólica, cuando luego sean enviados a la membrana de un orgánulo quedarán
posicionados hacia la luz, y en caso de ir a la membrana plasmática quedarán
situados en la monocapa externa. Para conseguir la asimetría necesaria, los
fosfolípidos han de poder moverse y cambiar de posición cuando sea necesario,
como ya habíamos dicho anteriormente: Pueden girar sobre su eje, desplazarse
lateralmente o, para disminuir el grosor de la membrana, contraer sus colas (la
región hidrofóbica). En casos puntuales, pueden pasar a la otra monocapa
realizando un movimiento llamado de flip-flop, para lo cual necesitan de unas
proteínas especiales llamadas flipasas, que les hagan flipar.
Un buen ejemplo de la importancia de la
asimetría es el proceso de apoptosis celular, la muerte programada de la
célula: Por diversos motivos, llega un momento en que es necesario que
determinadas células mueran. Para dar la señal a los macrófagos de que la
célula en cuestión debe ser degradada y fagocitada, los fosfolípidos fosfatidil-serina deben
pasar a la monocapa externa de la membrana plasmática para lo cual deben
flipar, dado que en un principio se encuentran en mayor proporción en la
membrana interna.
Las características mecánicas de la membrana
plasmática no sólo dependen de su composición sino de otros factores: La
fluidez de la membrana depende de la temperatura, de la cantidad de
insaturaciones, y de la cantidad de colesterol (el cual es exclusivo de animales). Así, cuanto
más alta sea la temperatura y más dobles enlaces haya, más fluida será la membrana.
Por su parte, el colesterol
tiene efectos distintos dependiendo de la temperatura: A temperaturas
relativamente altas, cuanto más colesterol haya, menor será la fluidez; esto es así porque los anillos
hidrocarbonados rígidos del colesterol interactúan con las regiones de las
cadenas hidrofóbicas de ácidos grasos que son adyacentes a las cabezas de los
fosfolípidos, disminuyendo la movilidad de dichas regiones y reduciendo la
permeabilidad de los lípidos a pequeñas moléculas. Por el contrario, a bajas
temperaturas, gracias a que el colesterol interactúa con las interacciones
entre los ácidos grasos, impide que la membrana se congele y mantiene su
fluidez. Las células vegetales y las bacterias, en lugar de colesterol, cuentan
con otro tipo de moléculas lipídicas para mantener la fluidez, tales como los
esteroles o similares.
La disposición de los componentes de la
membrana plasmática se explicaba en un principio según el modelo de
"mosaico fluido" (1972) pero actualmente se está desmintiendo este
modelo, ya que se ha descubierto que en la membrana hay distintos
"dominios" (raft, en inglés) lipídicos en los cuales dichos lípidos
se mueven por la membrana como una unidad, todos en conjunto, y se caracterizan
por una composición lipídica y proteica determinada (no al azar); son zonas de
la membrana con una funcionalidad específica.
En cuanto a las proteínas ya las hemos
nombrado como componentes esenciales de la membrana plasmática; ahora nos queda
resaltar su importancia: No son meros componentes estructurales sino que cada
tipo de proteína de membrana tiene una función. A continuación explicamos estos
3 tipos y sus funciones correspondientes:
·
Las integrales se encuentran atravesando la bicapa lipídica. Constan
de una región transmembranosa, que es la que abarca el espacio de la membrana y
está formada por unos 20-30 aminoácidos hidrofóbicos, y dos regiones
hidrofílicas, una intracelular, que está en contacto con el citosol y otra
extracelular, que da al medio extracelular. El dominio transmembranoso puede
atravesar la membrana una sola vez o varias veces; en el primer caso se trata
de una proteína de paso único, mientras que si se trata del segundo caso
hablamos de una proteína de paso múltiple. Los dominios transmembranosos pueden
ser en α-hélice, que es el caso de las
bombas, las permeasas y los canales iónicos, o en β-laminar, que es lo que caracteriza a las porinas, las cuales se
encuentran en la membrana de las mitocondrias, de los cloroplastos y en
bacterias. Este tipo de proteínas no pueden separarse de la membrana sin
romperlas; para disolverlas es
necesario el uso de detergentes: Los detergentes tienen una cabeza hidrofílica
y una cola hidrofóbica; de esta forma, las colas se unirán a las regiones
hidrofóbicas de las proteínas integrales y dejarán las cabezas hacia fuera,
formándose así un complejo (proteína + detergente) que es soluble en agua.
·
Las proteínas periféricas pueden ser arrancadas de la membrana
plasmática sin romperla, cosa que no podemos hacer con las integrales. Unas se
encargan del anclaje del citoesqueleto, otras se encargan de la adhesión al
citoplasma de otra célula, y otras son enzimas.
·
Las proteínas ancladas a lípidos pueden estar hacia el exterior
celular, en cuyo caso se encuentran unidas a GPI, o quedar hacia el citosol, y
entonces se hayan unidas a un ácido graso o a un grupo prenilo.
Hay proteínas de membrana que al igual que
los lípidos son capaces de desplazarse a lo largo de la membrana, aunque más
lentamente. Realizan así un movimiento dinámico (pero no pueden flipar), que es necesario para el
correcto funcionamiento de la célula. El movimiento lateral de las proteínas por la membrana se descubrió
fusionando células humanas con células de ratón y observando las células
híbridas con microscopía de fluorescencia. Se utilizaron anticuerpos que
reconocían específicamente las proteínas de ratón y las humanas, y se marcaron
dichos anticuerpos con distintos tintes fluorescentes para así poder distinguir
al microscopio cuales eran las proteínas humanas y cuales las de ratón. En un
primer momento, justo después de la fusión, se distinguían las proteínas de
ratón a un lado de la célula híbrida, y al otro lado las humanas; tras esperar
un tiempo a una determinada temperatura, los dos tipos de proteínas no se
encontraban en mitades diferentes de la célula sino que se habían mezclado
sobre la superficie celular, fenómeno cuya única explicación era que las
proteínas se habían desplazado. El tipo de transporte por la membrana es
otro criterio de clasificación de las proteínas, según el cual distinguimos 3
tipos diferentes:
·
Proteínas inmovilizadas por anclaje: Son aquellas que no pueden
desplazarse, ya que están ancladas al citoesqueleto. En otros casos, el movimiento de las proteínas está
restringido por su asociación con otras proteínas de membrana, con las
proteínas de membrana de una célula vecina o con la matriz extracelular.
·
Proteínas de difusión intermitente: Pueden desplazarse pero luego
regresan a su posición inicial.
·
Proteínas de difusión libre: Pueden moverse libremente por la membrana
El último aspecto de importancia que nos
queda señalar acerca de las proteínas de membrana es la determinación de su
posición en función de su síntesis: La posición que ocupará una proteína en una
membrana dependerá de cómo haya sido sintetizada en el RER, de la misma forma
que ocurría con los fosfolípidos (que eran sintetizados en el REL) Así, si una
proteína de membrana ha sido sintetizada
quedando el extremo COO orientado hacia
el citosol y el extremo NH2 terminal quedando hacia la luz del RER,
cuando luego sea enviada a la membrana plasmática o a la membrana de un
orgánulo, también quedará orientada de esa forma, el COO hacia el citoplasma
celular y el NH2 hacia el exterior celular ( lo mismo ocurriría si el COO
quedase hacia la luz y el NH2 hacia el citosol).
En la membrana plasmática hay un último
componente, que son los glúcidos, los cuales se encuentran unidos a
fosfolípidos y a proteínas de la monocapa externa. Los que se unen a proteínas
lo hacen por N-glicosilación, y dan lugar a glicoproteínas (se unen al grupo
amino terminal de la proteína) Esta porción glucídica formada por todos los
glúcidos de la membrana, tanto los que están unidos a lípidos como los que
están ligados a proteínas se denomina glicocálix, y entre sus funciones están
la adhesión transitoria entre dos células y el reconocimiento celular.
Otros conceptos:
La cara
citosólica, hablemos de un orgánulo, membrana o cualquier cosa, es aquella que da al
citosol/citoplasma celular. Si nos referimos a la membrana plasmática, la otra
cara sería la externa. El interior de un orgánulo es el lúmen, así que la cara que no es la citosólica es la cara que da al
lúmen.
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