sábado, 9 de febrero de 2013

3) Transporte a través de la membrana


3) TRANSPORTE A TRAVÉS DE MEMBRANA

La membrana celular, lejos de aislar a la célula, tiene como una de sus funciones más importantes comunicarla con el exterior. Y gracias a esta comunicación pueden entrar y salir moléculas de la célula a través de la membrana; de esta forma la célula puede alimentarse, mantener su equilibrio osmótico y captar o enviar señales, entre otras cosas.  Para que pueda darse un tránsito de moléculas, es requisito imprescindible que la célula cuente con mecanismos de transporte, no solo en la membrana plasmática sino también en las membranas que delimitan los orgánulos. En este apartado describiremos los distintos mecanismos.

Para establecer nuestra clasificación de las distintas formas de realizar el transporte a través de la membrana, atendemos a dos aspectos: El requerimiento de energía y la mediación de proteínas transportadoras.

En cuanto a la intervención de proteínas transportadoras, podemos hablar de "difusión simple" o de "difusión facilitada ": Hay algunas moléculas lo suficientemente pequeñas como para atravesar la bicapa lipídica sin necesidad de la mediación de ninguna proteína transportadora, de ahí que este tipo de transporte se denomine difusión simple. Esto se cumple para las pequeñas moléculas no cargadas, moléculas hidrofóbicas pequeñas (como el benceno), los gases (como el CO2 y el O2) y moléculas polares de pequeño tamaño como el H2O y el etanol. Por el contrario, las moléculas polares de mayor tamaño como la glucosa o los aminoácidos, y todas las moléculas cargadas e iones (por nombrar algunos de mayor importancia, K, Na, Ca, Cl, o protones) no pueden atravesar la membrana de la misma forma: Para que estas moléculas atraviesen la membrana se requiere de la mediación de proteínas de transporte, proteínas que impiden la interacción directa entre dichas moléculas y la bicapa lipídica. Este tipo de transporte se denomina "difusión facilitada", en el cual intervienen distintos tipos de proteínas de membrana, a saber permeasas, bombas y canales iónicos, cuyas diferencias explicaremos más adelante. Pero como hemos dicho, el otro aspecto del transporte de membrana al que debemos atender es el requerimiento de energía: Para que determinadas moléculas atraviesen la bicapa es necesario proporcionar una energía, mientras que otras pueden difundir por la membrana sin necesidad de ella. Así distinguimos entre transporte activo, que es con gasto de energía, y transporte pasivo, aquel que no necesita de energía para llevarse a cabo puesto que es a favor de gradiente.

 

Las pequeñas moléculas que atraviesan la membrana por difusión simple lo hacen por transporte pasivo, sin gasto de energía; sencillamente lo que hacen es disolverse en la bicapa lipídica, difundir a través de ella y así pasar al otro lado, disolviéndose en el medio acuoso que está al otro lado.  No es necesario aportar ninguna energía no solo porque las moléculas sean de pequeño tamaño, sino principalmente porque dicho transporte es a favor del gradiente de concentración, esto es, las moléculas atraviesan la bicapa desde el lado más concentrado al menos concentrado, por ósmosis, a fin de igualar las concentraciones a ambos lados.

Por otra parte, para el transporte pasivo de las moléculas cargadas como iones y protones, las membranas cuentan con un tipo de complejos proteicos especiales, los canales iónicos. Estos complejos, que son un tipo de proteínas en canal (el otro son las acuoporinas) son necesarios para que las moléculas cargadas puedan ser transportadas, ya que de otra forma, a pesar de ser moléculas de pequeño tamaño, dado que presentan carga no podrían atravesar la membrana por difusión simple, debido a las interacciones que se generan. Los canales iónicos  tienen varias regiones. Aunque el número de dominios transmembranosos varíe según el tipo de canal, todos se caracterizan por tener dos o más proteínas en estructura de α hélice y un canal por el que discurren los iones a gran velocidad, dándose un transporte pasivo (sin gasto de energía) por difusión facilitada (ya que interviene una proteína de membrana para transportar los iones) Todos los canales iónicos se caracterizan también por su especifidad: Cada canal es exclusivo de un único ión. En su defecto, pueden dejar pasar a su través algún ión parecido; por ejemplo, el canal del Na puede ser atravesado por litio, que es un ión de igual carga y tamaño parecido al sodio. Los canales iónicos no siempre dejan pasar a los iones. Esto se debe a que los canales son regulados por ciertos mecanismos para funcionar cuando sea necesario y estar cerrados cuando tengan que estarlo (para ello tienen como una especie de tapadera). Dependiendo de qué canal se trate, estará regulado por uno u otro mecanismo. De esta forma podemos clasificar los canales iónicos, en función de cuál sea el mecanismo que los regule. Así tenemos canales regulados por ligando, por estrés mecánico, o regulados por voltaje:

·         En los canales regulados por ligando la apertura y el cierre de éstos depende de la unión de una determinada molécula a cierta región del canal. En unos casos dicha molécula proviene de un lado de la membrana y en otros es recibida desde el otro lado.  Un ejemplo de ligando es el glutamato, que se une al canal de sodio para que los iones de Na puedan atravesar dicho canal, y se retira cuando el canal debe cerrarse, impidiendo el paso a los iones. En muchos casos los ligandos son neurotransmisores.

·         En los canales regulados por estrés mecánico, un ejemplo de fuerza mecánica que los regula es el sonido, en los canales de las membranas de los estereocitos del oído, que hace que se abran los canales de K y Na y pueda así enviarse una onda al cerebro.

·         Los canales regulados por voltaje se abren y cierran según las variaciones de iones a un lado y a otro de la membrana de la cual forman parte. Estos canales se encuentran en células eléctricamente excitables. Un ejemplo son las células musculares.

Un tipo especial de canales proteicos son las acuoporinas. Estos canales, que dejan pasar agua a su través, son clasificados en 13 tipos, nombrados del 0 al 12(Ej.: AQP 8, AQP9…), que únicamente se diferencian en su localización tisular, ya que en cuanto a su estructura todas son semejantes: Un tetrámero, del cual cada subunidad está formada por 6 proteínas en α-hélice, y un bucle de selectividad. Por poner algunos ejemplos, la AQP0 se descubrió en el ojo, y la AQP2 se encontró en el riñón.

También hay permeasas que transportan moléculas por transporte pasivo (a favor de gradiente y sin gasto de energía).

El transporte de moléculas mediante proteínas en canal, tanto con los canales iónicos como para las acuoporinas, es bastante rápido. A través de un canal pueden pasar 5x10^8 moléculas por segundo.

Hay permeasas que realizan el transporte pasivo (sin gasto de energía y a favor de gradiente). Las permeasas o proteínas transportadoras funcionan de la siguiente manera: Tienen dos conformaciones distintas, la primera es llamada E1, la segunda E2. En un principio la permeasa se encuentra en E1, y cuando se le une la molécula que va a transportar sufre un cambio conformacional y pasa a E2. La molécula que se le une lo hace por complementariedad estérica, esto es, la permeasa tiene un punto de unión que encaja con una determinada molécula, y por tanto es específica, porque sólo pueden unirse determinadas moléculas. Tras esta unión, la permeasa "flipa" (cambio conformacional) y el punto de unión de la molécula en cuestión pasa al otro lado. Después, orientada ya al otro lado, la permeasa libera la molécula. Así, la molécula ha pasado de un lado a otro de la membrana. Ahora bien, este funcionamiento es el mismo tanto si se trata de una permeasa que funciona por transporte activo utilizando el gradiente que genera una segunda molécula, como si la permeasa funciona por transporte pasivo sin gasto de energía. Y es que hay permeasas que funcionan por transporte pasivo, pero también las hay que realizan un transporte activo. Un ejemplo de permeasa que funcione sin necesidad de energía es el transportador pasivo de la glucosa.

El transporte activo es el que tiene lugar mediante algunas proteínas transportadoras o permeasas (carriers, en inglés) y las bombas, utilizando al energía de una reacción acoplada. Obviamente, el transporte activo siempre es por difusión facilitada, ya que para obtener la energía necesaria para trasladar las moléculas de un lado a otro de la membrana es necesario la intervención de proteínas especializadas para ello. El requerimiento de energía se debe a que las moléculas van a transportarse en contra de su gradiente, lo cual no puede suceder si no es con un aporte de energía. Las moléculas tienden a atravesar una membrana en la dirección energéticamente favorable, desde donde estén más concentradas hacia donde menos. Para que suceda lo contrario, habrá que suministrar una energía que compense ese gradiente desfavorable. Y como decíamos, dicha energía puede obtenerse de dos maneras distintas: Mediante la hidrólisis del ATP, que es lo que hacen las bombas, o aprovechando el gradiente generado por una segunda molécula, cosa que hacen algunas permeasas. Según esto, establecemos dos denominaciones: Si la proteína de membrana funciona con ATP, se trata de transporte activo "primario", mientras que el otro caso es transporte activo "secundario". A continuación explicamos ambos procesos con más detalle:

 

Las permeasas que funcionan por transporte activo, como ya hemos indicado antes, son de estructura y funcionamiento similar al de las que transportan moléculas pasivamente, con la salvedad de que estas últimas no utilizan energía y las que realizan transporte activo recogen la energía generada por el paso de una segunda molécula para poder cambiar su conformación. El transporte activo que realizan las permeasas utilizando esta energía se denomina "transporte activo secundario"

Podemos clasificar las permeasas en función de si transportan un único tipo de molécula o varias;  es en el segundo caso cuando se trata de transporte activo, que pueden hacerlo en la misma dirección o transportar cada una en una dirección, dependiendo del tipo de permeasa.

·         Si la permeasa sólo se encarga de transportar un único tipo de molécula se dice que es uniporte, y por ello tiene un único punto de unión, que sólo puede dar cabida a la molécula correspondiente, por complementariedad estérica. Un ejemplo es el ya nombrado transportador pasivo de la glucosa.

·         Si la proteína transportadora tiene distintos puntos de unión es porque es utilizada para transportar dos tipos distintos de moléculas. Este tipo de transporte se denomina cotransporte, y se trata de transporte activo. A su vez, el cotransporte puede ser de dos tipos: Si las dos moléculas son recogidas a un mismo lado de la membrana y trasladadas al otro, se trata de "simporte". Si en cambio las dos moléculas son trasladadas en sentido contrario, es decir, una entra y otra sale, hablamos de "antiporte". Por ejemplo: La glucosa no sólo se transporta pasivamente, sino que también puede ser transportada en contra de su gradiente de concentración, como sucede en las células epiteliales del intestino. Estas proteínas transportadoras introducen glucosa al interior celular mediante cotransporte simporte: Al mismo tiempo que transportan sodio al interior celular a favor de gradiente, introducen 1 molécula de glucosa aprovechando el tránsito de 2 moléculas de Na. Por el contrario, el antiporte consiste en el transporte de una molécula en contra del gradiente en una dirección aprovechando el paso de otra molécula a favor de gradiente en dirección contraria. Dos ejemplos de permeasas que funcione por cotransporte antiporte son la proteína de intercambio Na-H, que exporta el exceso de protones producidos por el metabolismo al exterior (evitando así la acidificación del citoplasma) e introduce Na al interior; y también la permeasa simporte de Na -Ca, que transporta Na al interior y Ca al exterior. En estos dos casos, el Na se transporta en la dirección energéticamente favorable, y aprovechando este tránsito de Na, se expulsa H y Ca (respectivamente) en contra del gradiente.

 

Las bombas, como ya hemos dicho, son un tipo de proteínas de membrana que funcionan con ATP. Son mal llamadas "ATPasas", puesto que no son ellas mismas las que hidrolizan ATP. Hay varios tipos, en la mayoría de los cuales el ATP desempeña el papel de fuente de energía; pero hay un tipo de bombas que no consumen ATP sino que lo sintetizan. Estos son los tipos de bombas:

·         Bombas tipo P. Su estructura cuenta con 2 subunidades α catalíticas y 2 β reguladoras. La energía desprendida de la hidrólisis de ATP se emplea para el transporte de moléculas. Para ilustrar este mecanismo pondremos el ejemplo de la bomba sodio-potasio: Esta bomba introduce al interior celular moléculas de K y expulsa fuera iones de Na. Ambas moléculas se transportan en contra de sus gradientes, ya que el exterior celular es de por sí más concentrado en Na que el citoplasma, y el interior celular es más concentrado en K. Estructuralmente la bomba es similar a una permeasa antiporte, con la salvedad de que tiene un punto de unión al ATP. En primer lugar, 3 moléculas de Na se unen a los puntos de unión de la bomba que les corresponden, y esta interacción entre la bomba y las moléculas de Na estimula la hidrólisis de una molécula de ATP que se une a la bomba por el punto de unión al ATP. La energía liberada de esta reacción es empleada por la bomba para cambiar su configuración y flipar (tal como haría una proteína transportadora o permeasa, solo que la permeasa flipa sin utilizar energía, porque está transportando a favor de gradiente), de forma que ahora los puntos de unión de los Na, junto con los propios Na, quedan expuestos al exterior celular. Este cambio conformacional hace que las 3 moléculas de Na pierdan afinidad por sus puntos de unión y por tanto se suelten y queden liberadas al exterior. Además de los 3 puntos de unión al Na, también los dos puntos de unión de K han quedado expuestos al exterior. Entonces, cuando llegan dos moléculas de K y se unen a los puntos de unión correspondientes, esta unión estimula la hidrólisis del grupo fosfato que había quedado unido a la bomba tras la hidrólisis del ATP, y esto hace que la bomba vuelva a cambiar su conformación y exponga los puntos de unión con los K al citosol. Tras este segundo cambio conformacional con el que se retorna a la posición inicial, los puntos de unión al K pierden afinidad por las dos moléculas y entonces los 2 potasios quedan liberados al interior celular. Así, para realizar todo este proceso, la bomba a consumido una molécula de ATP.

·         Bombas tipo V. Se encuentran en las membranas del compartimento endosomal, y su función es transportar protones al interior de dicho compartimento para que éste tenga un PH ácido y pueda cumplir con sus funciones de degradación. Las bombas V cuentan con una región V0 que actúa de canal a través del cual transitan los protones hacia el interior del endosoma, y un dominio citoplasmático V1 en el que se encuentra el punto de unión al ATP y que cuenta con 8 subunidades. El ATP, que viene del citoplasma, se une al punto de unión en el dominio V1 y es hidrolizado, y la energía que se obtiene se emplea para bombear protones hacia el interior del endosoma contra gradiente, hasta que se consigue el PH deseado en el interior. Este tipo de bombas se encuentran también en las vacuolas.

·         Bombas tipo F. Estas bombas basan su funcionamiento en el mismo principio que hace funcionar a las de tipo V, solo que actúan de forma contraria. Mientras que las V se sirven del ATP para generar un gradiente de protones, las de tipo F aprovechan un flujo de protones para generar ATP con la energía desprendida en ese tránsito. Se encuentran en la membrana interna de mitocondrias y cloroplastos. En cuanto a su estructura cuentan con una subunidad F0 que es la zona transmembrana y sirve de canal, y un dominio F1 en el que se sintetiza ATP a partir de ADP.

·         Transportadores ABC. Este tipo de transportadores, que cuentan con 2 dominios citosólicos y 2 dominios transmembranosos, componen la familia más amplia de transportadores de membrana. Mientras que en bacterias la mayoría se utilizan para incluir al interior celular numerosas moléculas necesarias para la nutrición de la célula, en eucariotas se utilizan únicamente para expulsar sustancias extrañas fuera de la célula. En ambos casos su funcionamiento se basa en la hidrólisis del ATP: La molécula que va a ser expulsada es enviada a la membrana y, una vez allí, difunde hasta la cámara del transportador. Es entonces cuando el transportador utiliza la energía para traspasar la molécula al otro lado de la membrana, donde es liberada. Un ejemplo de transportador ABC es el MDR (Multidrogue resistence). Este transportador es el responsable de que en muchos casos los tratamientos médicos no sean efectivos, porque las drogas lipofílicas son continuamente expulsadas de las células por este transportador, que expulsa todo tipo de sustancias lipofílicas. Para solucionar dicho problema y conseguir que la quimioterapia funcione (aunque no siempre se consigue) se suministra un conjunto de numerosos medicamentos juntos para que, al reaccionar entre ellos, el transportador ABC no les expulse.

 

 

Otros conceptos:

 
Equilibrio hosmótico: La célula tienen mayor concentración que el medio que la rodea. Por ello, el agua tiende a entrar en la célula por ósmosis, y si no hubiese nada que compensase, la célula se llenaría de agua hasta explotar. Por ello es necesario compensarlo de alguna forma. La solución es crear un gradiente, una diferencia de potencial a los dos lados de la membrana plasmática, lo cual se consigue logrando distinta concentración de iones a un lado u a otro: Utilizando las bombas, mediante el transporte activo, se transportan distintos iones en contra del gradiente, de forma que al exterior celular resulte una mayor concentración de Cl y de Na respecto del citosol, mientras que en el interior celular hay mayor concentración de K. Esta diferencia de concentración de iones, conseguida gracias a la bomba sodio-potasio y a la bomba de cloro, se traduce en una diferencia de potencial en la membrana que hace que el medio acuoso que rodea la célula no entre por ósmosis.

 

 

Hasta ahora hemos hablado del transporte de pequeñas moléculas, tanto en la membrana plasmática como a nivel de membranas  de orgánulos. Pero también se da un transporte de macromoléculas, a través de la membrana plasmática tanto hacia el interior celular como desde el citoplasma hacia el exterior. Cuando las macromoléculas son introducidas desde fuera hacia el citoplasma hablamos de endocitosis, mientras que en el caso de que las macromoléculas sean enviadas al exterior se trata de exocitosis:

 

La endocitosis puede ser de 3 tipos: Fagocitosis, pinocitosis y endocitosis mediada por receptor.

·         En procariotas la fagocitosis es el mecanismo que utilizan para alimentarse, mientras que en animales superiores es utilizada como método de defensa frente a moléculas tóxicas, bacterias y otros microorganismos, pero también para deshacerse de células infectadas, muertas o degeneradas. Las células encargadas de realizarlo son células específicas sanguíneas tales como neutrófilos, monocitos y eosinófilos, y también por macrófagos, células fagocíticas que tienen su origen en la sangre y que han emigrado a los tejidos. La fagocitosis se lleva a cabo de la siguiente manera: Cuando la molécula que va a ser fagocitada entra en contacto con la membrana de la célula fagocítica, ésta dispara la extensión de seudópodos (proyecciones citoplasmáticas) que rodean a la macromolécula y que se cierran sobre ella formando una vesícula denominada "fagosoma", la cual contiene ahora la macromolécula fagocitada y puede dirigirse a un lisosoma y fusionarse con él, dando lugar a un fagolisosoma, que se encargará luego de degradar la macromolécula en cuestión.

 

·         La pinocitosis es como la acción de "beber" para las células. Es un proceso constitutivo (esto es, realizado por todas las células y durante toda su vida) por el cual la célula incluye mediante pequeñas vesículas pequeños sólidos y líquidos a su citoplasma.

·         La endocitosis mediada por receptor también es constitutiva, pero se da únicamente en las zonas de la membrana plasmática en las que haya un revestimiento de clatrina (por la cara citosólica). La clatrina está compuesta por 36 trisqueliones, monómeros formados por 3 cadenas pesadas y 3 ligeras. Para explicar este procedimiento, tomaremos como ejemplo el proceso de endocitosis de moléculas LDL (low density lipoprotein) que es la forma en la que el colesterol se encuentra disuelto en sangre: En primer lugar, llegan las partículas LDL a una zona de la membrana con revestimiento de clatrina y se unen a los receptores de membrana que allí se encuentran. Dichos receptores son proteínas intermembranosas. Cuando esto sucede, llegan unas proteínas adaptadoras, las AP2, que se unen a los receptores, los cuales están ahora unidos cada uno a un ligando, refiriéndonos por "ligando" a cualquier partícula que se une a un receptor, que en nuestro caso se trata de una partícula LDL. Las proteínas adaptadoras son necesarias puesto que la clatrina no es capaz de reconocer la carga  que debe llevar. El siguiente paso es la formación de la vesícula: La membrana se invagina por la zona en la que está teniendo lugar el proceso, y para que la vesícula termine de escindirse y liberarse de la membrana, interviene entonces la dinamina, proteína de unión a GTP que polimeriza alrededor del anillo (la zona que une la vesícula en formación con la membrana plasmática) y entonces provoca la escisión de la vesícula mediante la estrangulación. La vesícula ya liberada al citosol se dirige al compartimento endosomal. Antes de fusionarse con la membrana del endosoma tardío, pierde el revestimiento de clatrina durante el trayecto. Cuando se fusiona la vesícula con la membrana del endosoma tardío, habiendo perdido previamente el revestimiento de clatrina durante el trayecto y quedando desnuda, el contenido de la vesícula es tratado por las enzimas del endosoma. De esta forma los ligandos y los receptores, que se encontraban unidos, ahora se separan. Los receptores se envían de regreso a la membrana plasmática para su reciclaje, mientras que los ligandos se quedan en el endosoma. Cuando el endosoma tardío pasa a lisosoma, las hidrolasas ácidas degradarán las LDL en ácidos grasos y colesterol, el cual ya puede ser utilizado por la célula.

 

La exocitosis consiste en la expulsión de macromoléculas desde el citosol hacia el exterior de la célula mediante vesículas. Es pues el proceso inverso a la endocitosis: La macromolécula es transportada hasta la membrana plasmática en el interior de una vesícula, la cual se fusiona con la membrana plasmática y la macromolécula queda así liberada al exterior.

Hay exocitosis constitutiva, pero también la hay regulada. En el caso de la exocitosis regulada determinadas sustancias son secretadas únicamente cuando la célula recibe la orden para ello, tratándose entonces de células especializadas, secretoras.

2) Membranas celulares


2) MEMBRANAS CELULARES

Una membrana celular consiste en una bicapa lipídica con proteínas asociadas. La plasmática no es la única membrana que poseen  las células eucariotas, sino que además encontramos membranas rodeando y limitando cada uno de sus orgánulos, lo cual representa una de las principales diferencias respecto a las células procariotas, que carecen de verdaderos orgánulos membranosos. La estructura de bicapa de la membrana se pudo deducir gracias al estudio de la membrana de los eritrocitos, los cuales al carecer de núcleo y orgánulos presentan más facilidad que otras células para separar su membrana. Al hacerlo se calculó que la superficie de monocapa extraída era suficiente para recubrir el doble del volumen de un eritrocito, por lo que se dedujo que la membrana del eritrocito debía consistir en una bicapa.

Además de limitar a la célula y separarla del medio que la rodea, la membrana plasmática tiene otras funciones: Intervenir en la señalización celular, la organización y localización de función (esto es, organizar las estructuras y permitir que cumplan su función) permitir la comunicación con otras células (pudiendo darse un intercambio de iones), controlar el paso de moléculas con el exterior celular gracias a su permeabilidad selectiva y llevar a cabo el transporte (para mantener la homeóstasis). Para poder realizar con efectividad dichas funciones, los componentes de la membrana, tanto lípidos como proteínas, se desplazan por la misma cuando es necesario, según el modelo de mosaico fluido: La membrana no es una cubierta rígida y estática, sino que es una bicapa fluida cuyos componentes presentan un importante dinamismo.

 

Como ya hemos dicho, los componentes de cualquier membrana son lípidos y proteínas. En cuanto a los primeros, se trata principalmente de fosfolípidos, aunque también encontramos esfingolípidos, además de colesterol y, en un porcentaje reducido, glicerolípidos, encontrándose estos últimos exclusivamente en la monocapa externa. Los fosfolípidos se nombran poniendo "fosfatidil" seguido del nombre del alcohol esterificado, el cual puede ser etanolamina, colina, serina, glicerol o inositol. Ej.: Fosfatidil-serina. Los tres últimos nombrados son grupos alcoholes con carga negativa, de forma que su unión con el fosfatidil de carga también negativa obtenemos un fosfolípido de carga negativa, mientras que la etanolamina y la colina son fosfolípidos con carga positiva, y su unión con el fosfatidil da como resultado un fosfolípido de carga neta neutra. Los esfingolípidos son lípidos que tienen esfingosina, la cual se une a un ácido graso, y a su vez se une al C1 un sustituyente, que bien puede tratarse de glucosa y entonces tendríamos un cerebrósido, o , en cuyo caso tenemos y gangliósido. Hay algunos lípidos que son exclusivos de ciertas membranas, como es el caso de la cardionilina (que tiene 2 gliceroles, no 1) la cual sólo se encuentra en la membrana mitocondrial.

Respecto a las proteínas de membrana distinguimos tres tipos, diferenciados en base a su localización: Integrales, periféricas y ancladas a lípidos. Los lípidos son moléculas anfipáticas; esto es, con una cabeza polar, que es hidrofílica, seguida de una cadena apolar hidrofóbica. Esta característica hace que dichas moléculas se asocien entre sí de una forma particular, formando micelas, orientando sus cabezas polares hacia el medio acuoso en el que estás inmersas, y situando sus regiones apolares hacia el interior de la estructura, huyendo del agua. Así se forma una monocapa. La bicapa consiste en dos monocapas enfrentadas, de forma que las cadenas hidrofóbicas de una y otra monocapa quedan enfrentadas entre sí, y las cabezas polares quedan hacia uno y otro lado.

 De la composición de las membranas no podemos saltarnos un punto muy importante: Su asimetría. Las membranas no son homogéneas, sino que la proporción de los distintos tipos de fosfolípidos varía en las distintas membranas, y también varía en las distintas zonas de una misma membrana. Lo mismo ocurre con las proteínas. La razón de esta asimetría es que las funciones que deben desempeñar las distintas membranas varían en los distintos tipos celulares, en los distintos orgánulos y en las distintas partes de un orgánulo. En cuanto a la membrana plasmática, los lípidos más abundantes de la monocapa externa son la fosfatidil- colina y la esfingomielina, mientras que el resto abundan más en la monocapa interna. El fosfatidil-inositol, que se encuentra casi únicamente en la monocapa interna, es un componente minoritario pero que tiene un papel importante en los procesos de endocitosis y de señalización celular. En cuanto al colesterol, su proporción es la misma en ambas monocapas. La posición inicial de los fosfolípidos en la membrana (refiriéndonos por posición a cuál de las 2 monocapas son enviados tras ser sintetizados) depende de su síntesis en el REL, de forma que si son sintetizados quedando en la cara citosólica del REL,  cuando sean enviados a su membrana de destino tendrán también esa localización, y quedarán en la monocapa citosólica, de la misma forma que si en su síntesis quedaron en la monocapa interna y no en la citosólica, cuando luego sean enviados a la membrana de un orgánulo quedarán posicionados hacia la luz, y en caso de ir a la membrana plasmática quedarán situados en la monocapa externa. Para conseguir la asimetría necesaria, los fosfolípidos han de poder moverse y cambiar de posición cuando sea necesario, como ya habíamos dicho anteriormente: Pueden girar sobre su eje, desplazarse lateralmente o, para disminuir el grosor de la membrana, contraer sus colas (la región hidrofóbica). En casos puntuales, pueden pasar a la otra monocapa realizando un movimiento llamado de flip-flop, para lo cual necesitan de unas proteínas especiales llamadas flipasas, que les hagan flipar.

Un buen ejemplo de la importancia de la asimetría es el proceso de apoptosis celular, la muerte programada de la célula: Por diversos motivos, llega un momento en que es necesario que determinadas células mueran. Para dar la señal a los macrófagos de que la célula en cuestión debe ser degradada y fagocitada,  los fosfolípidos fosfatidil-serina deben pasar a la monocapa externa de la membrana plasmática para lo cual deben flipar, dado que en un principio se encuentran en mayor proporción en la membrana interna.

 

Las características mecánicas de la membrana plasmática no sólo dependen de su composición sino de otros factores: La fluidez de la membrana depende de la temperatura, de la cantidad de insaturaciones, y de la cantidad de colesterol (el cual es exclusivo de animales). Así, cuanto más alta sea la temperatura y más dobles enlaces haya, más fluida será la membrana. Por su parte, el colesterol tiene efectos distintos dependiendo de la temperatura: A temperaturas relativamente altas, cuanto más colesterol haya, menor será la fluidez; esto es así porque los anillos hidrocarbonados rígidos del colesterol interactúan con las regiones de las cadenas hidrofóbicas de ácidos grasos que son adyacentes a las cabezas de los fosfolípidos, disminuyendo la movilidad de dichas regiones y reduciendo la permeabilidad de los lípidos a pequeñas moléculas. Por el contrario, a bajas temperaturas, gracias a que el colesterol interactúa con las interacciones entre los ácidos grasos, impide que la membrana se congele y mantiene su fluidez. Las células vegetales y las bacterias, en lugar de colesterol, cuentan con otro tipo de moléculas lipídicas para mantener la fluidez, tales como los esteroles o similares.

La disposición de los componentes de la membrana plasmática se explicaba en un principio según el modelo de "mosaico fluido" (1972) pero actualmente se está desmintiendo este modelo, ya que se ha descubierto que en la membrana hay distintos "dominios" (raft, en inglés) lipídicos en los cuales dichos lípidos se mueven por la membrana como una unidad, todos en conjunto, y se caracterizan por una composición lipídica y proteica determinada (no al azar); son zonas de la membrana con una funcionalidad específica.

 

En cuanto a las proteínas ya las hemos nombrado como componentes esenciales de la membrana plasmática; ahora nos queda resaltar su importancia: No son meros componentes estructurales sino que cada tipo de proteína de membrana tiene una función. A continuación explicamos estos 3 tipos y sus funciones correspondientes:

·         Las integrales se encuentran atravesando la bicapa lipídica. Constan de una región transmembranosa, que es la que abarca el espacio de la membrana y está formada por unos 20-30 aminoácidos hidrofóbicos, y dos regiones hidrofílicas, una intracelular, que está en contacto con el citosol y otra extracelular, que da al medio extracelular. El dominio transmembranoso puede atravesar la membrana una sola vez o varias veces; en el primer caso se trata de una proteína de paso único, mientras que si se trata del segundo caso hablamos de una proteína de paso múltiple. Los dominios transmembranosos pueden ser en α-hélice, que es el caso de las bombas, las permeasas y los canales iónicos, o en β-laminar, que es lo que caracteriza a las porinas, las cuales se encuentran en la membrana de las mitocondrias, de los cloroplastos y en bacterias. Este tipo de proteínas no pueden separarse de la membrana sin romperlas; para disolverlas es necesario el uso de detergentes: Los detergentes tienen una cabeza hidrofílica y una cola hidrofóbica; de esta forma, las colas se unirán a las regiones hidrofóbicas de las proteínas integrales y dejarán las cabezas hacia fuera, formándose así un complejo (proteína + detergente) que es soluble en agua.

 

·         Las proteínas periféricas pueden ser arrancadas de la membrana plasmática sin romperla, cosa que no podemos hacer con las integrales. Unas se encargan del anclaje del citoesqueleto, otras se encargan de la adhesión al citoplasma de otra célula, y otras son enzimas.

·         Las proteínas ancladas a lípidos pueden estar hacia el exterior celular, en cuyo caso se encuentran unidas a GPI, o quedar hacia el citosol, y entonces se hayan unidas a un ácido graso o a un grupo prenilo.

Hay proteínas de membrana que al igual que los lípidos son capaces de desplazarse a lo largo de la membrana, aunque más lentamente. Realizan así un movimiento dinámico (pero  no pueden flipar), que es necesario para el correcto funcionamiento de la célula. El movimiento lateral de las proteínas por la membrana se descubrió fusionando células humanas con células de ratón y observando las células híbridas con microscopía de fluorescencia. Se utilizaron anticuerpos que reconocían específicamente las proteínas de ratón y las humanas, y se marcaron dichos anticuerpos con distintos tintes fluorescentes para así poder distinguir al microscopio cuales eran las proteínas humanas y cuales las de ratón. En un primer momento, justo después de la fusión, se distinguían las proteínas de ratón a un lado de la célula híbrida, y al otro lado las humanas; tras esperar un tiempo a una determinada temperatura, los dos tipos de proteínas no se encontraban en mitades diferentes de la célula sino que se habían mezclado sobre la superficie celular, fenómeno cuya única explicación era que las proteínas se habían desplazado. El tipo de transporte por la membrana es otro criterio de clasificación de las proteínas, según el cual distinguimos 3 tipos diferentes:

·         Proteínas inmovilizadas por anclaje: Son aquellas que no pueden desplazarse, ya que están ancladas al citoesqueleto. En otros casos, el movimiento de las proteínas está restringido por su asociación con otras proteínas de membrana, con las proteínas de membrana de una célula vecina o con la matriz extracelular.

·         Proteínas de difusión intermitente: Pueden desplazarse pero luego regresan a su posición inicial.

·         Proteínas de difusión libre: Pueden moverse libremente por la membrana

El último aspecto de importancia que nos queda señalar acerca de las proteínas de membrana es la determinación de su posición en función de su síntesis: La posición que ocupará una proteína en una membrana dependerá de cómo haya sido sintetizada en el RER, de la misma forma que ocurría con los fosfolípidos (que eran sintetizados en el REL) Así, si una proteína de membrana  ha sido sintetizada quedando el extremo COO  orientado  hacia  el citosol y el extremo NH2 terminal quedando hacia la luz del RER, cuando luego sea enviada a la membrana plasmática o a la membrana de un orgánulo, también quedará orientada de esa forma, el COO hacia el citoplasma celular y el NH2 hacia el exterior celular ( lo mismo ocurriría si el COO quedase hacia la luz y el NH2 hacia el citosol).

 

En la membrana plasmática hay un último componente, que son los glúcidos, los cuales se encuentran unidos a fosfolípidos y a proteínas de la monocapa externa. Los que se unen a proteínas lo hacen por N-glicosilación, y dan lugar a glicoproteínas (se unen al grupo amino terminal de la proteína) Esta porción glucídica formada por todos los glúcidos de la membrana, tanto los que están unidos a lípidos como los que están ligados a proteínas se denomina glicocálix, y entre sus funciones están la adhesión transitoria entre dos células y el reconocimiento celular.

 

 

Otros conceptos:


La cara citosólica, hablemos de un orgánulo, membrana o cualquier cosa, es aquella que da al citosol/citoplasma celular. Si nos referimos a la membrana plasmática, la otra cara sería la externa. El interior de un orgánulo es el lúmen, así que la cara que no es la citosólica es la cara que da al lúmen.